martedì 27 maggio 2008

Ritual de lo habitual

Asì se llama el segundo y aclamado disco de un grupo de los noventa.
Bien.
Me estoy preguntando una cosa. Me acuerdo cuando tràfico (la direcciòn general de) hizo su primera campaña publicitaria "dura". En ella se veìan, por primera vez en la publicidad española, imàgenes explìcitas, que no reales, de accidentes y accidentados. Fue muy discutida, admirada, temida y criticada a partes iguales, pero funcionò, al menos en el sentido de que la gente le prestò atenciòn, aunque no sé qué pasò con las estadìsticas de accidentes (y demàs).
Bien.
La siguiente campaña fue lo mismo, aunque distinta. La recuerdo regular, pues yo era chico, mas creo entrever entre borrosos recuerdos que fue màs dura si cabe.
La siguiente, màs por el estilo, y asì siguiò.
Pero llegò un momento en que cambiaron el tono. Cambiaron la forma, e incluso el fondo, y una campaña brutal con imàgenes y emociones hicieron unos anuncios sentimentales, familiares y amistosos. ?Por qué? Por una sencilla razòn: la gente se acostumbra a todo, y después de varios meses o quizà dos años esas imàgenes duras ya no dolìan como antes. Lo que antes no podìas ver ni de lejos ahora te lo comìas durante el almuerzo como quien ve un concurso.

Me pregunto si no pasa lo mismo con todo lo demàs: las noticias sobre guerras, las denuncias de maltratos, la violencia doméstica, las violaciones, accidentes laborales... ?nos hemos acostumbrado? O, incluso màs: ?no se sentiràn violadores, pederastas, asesinos y demàs justficados de algùn modo ante "sus semejantes"? ?No servirà para que muchos, o algunos, tengan ganas de salir a cualquier precio en el telediario? ?No serà una justificaciòn de una conducta maldita porque "hay otros muchos como yo, y cada vez muchos màs? Creo de verdad que la informaciòn, la sobreinformaciòn, la saturaciòn de la informaciòn se està volviendo contra nosotros.

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