giovedì 29 maggio 2008

La salud

La gente dice que comer verdura es muy sano. Yo tengo 3 teorìas sobre esto:

- La gente opina sin saber.
- La gente se deja llevar por las modas y opina sin un mìnimo conocimiento.
- La gente sabe, entiende pero se deja llevar por las modas.

Antes de empezar: yo no soy médico, ni fisiòlogo, ni biòlogo, ni nada que se le parezca. Lo màs parecido que soy es estudiante de yoga, que tiene algo de todo eso pero que no tiene la profundidad analìtica y de conocimientos que tienen esas profesiones e intereses. Pero algunas cosas son de perogrullo, o sea, de sentido comùn.

Comer verdura es muy sano. Haga usted una prueba, señora: pàsese 3 meses a base de tomate. Sòlo tomate. Ni pan ni aceite ni sal ni un poquito de vinagre ni carne ni pescado que le acompañe. Si usted no coge una anemia es que es usted un toro. O una vaca. Que comen sòlo verdura.

Comer verdura no es sano. Comer menos carne y màs verdura de la que comemos hoy en dìa sì puede ser beneficioso para la salud, pero eso de ser sano... permitidme que diga que, cuando menos, depende.

Depende de muchas cosas: el estilo de vida que lleves, la forma fìsica de que dispongas, la alimentaciòn general que te hagas, el ambiente, la genética e incluso la cultura. Por poner sòlo algunos factores.

Lo que pasa es que nos gusta la sanidad enlatada, la felicidad en botella, los titulares de 10 palabras, y nos quedamos en ellos sin llegar al profundo de la caverna, sin leer la letra pequeña y sin pensarlo dos veces.

Todo esto viene a cuento de una noticia:

http://www.amigosdelciclismo.com/actualidad/noticia_ampliada_accs_odbc.asp?id=4491

en la que se lee:

"Sevilla se está convirtiendo en un modelo a seguir por todas las ciudades de España. Con relativamente poca inversión se está consiguiendo un considerable aumento de usuarios de la bicicleta como medio de transporte, y por ende, mayor salud y bienestar para los habitantes."

A mì este tipo de noticias me revuelven la cabeza. No es que no esté de acuerdo, que me parece genial, fantàstico, estratosférico. Me gustan las bicicletas y desde que saliò el boom del carril bici Sevilla es una delicia. Yo mismo la uso para ir al trabajo, para salir por las noches, para hacer la compra y hasta para dormir la usarìa si no fuera porque es frìa, està dura y ensucia. Y estoy convencido de que el uso de la bici ayuda a tener "mayor salud y bienestar". Pero no es por ende, no es "sine qua non", no es sì o sì, no es seguro con un 101% de seguridad. No, no, no es asì, no. Porque si tengo 90 años y mi corazòn està mal y me recorro el rìo en bicicleta cuan largo es a las 16 horas de un 23 de junio, lo màs normal es que termine en Garcìa Morato y dando gracias de que no sea caminito de San Fernando. Y si me paseo por el centro y me pongo mùsica en los cascos (Bach, Gilberto, Mocedades, lo que venga) y me quedo embobado mirando los arbotantes de la catedral, puedo acabar debajo del metro centro. Y si tengo 40 y pico y me acabo de empachar de cochinillo viendo el "tour" y me pongo a imitar el sprint y no veo el semàforo puedo acabar con dos piernas rotas y con los pies por delante.

En fin, que seré muy pesado, tiquismiquis y lo que sea, pero es que a mì estos titulares modernos tan carismàticos me producen hipo. Que es como vendernos la salud en un bote de danone. Y es mentira. Tanto como lo que yo escribo.

martedì 27 maggio 2008

Ritual de lo habitual

Asì se llama el segundo y aclamado disco de un grupo de los noventa.
Bien.
Me estoy preguntando una cosa. Me acuerdo cuando tràfico (la direcciòn general de) hizo su primera campaña publicitaria "dura". En ella se veìan, por primera vez en la publicidad española, imàgenes explìcitas, que no reales, de accidentes y accidentados. Fue muy discutida, admirada, temida y criticada a partes iguales, pero funcionò, al menos en el sentido de que la gente le prestò atenciòn, aunque no sé qué pasò con las estadìsticas de accidentes (y demàs).
Bien.
La siguiente campaña fue lo mismo, aunque distinta. La recuerdo regular, pues yo era chico, mas creo entrever entre borrosos recuerdos que fue màs dura si cabe.
La siguiente, màs por el estilo, y asì siguiò.
Pero llegò un momento en que cambiaron el tono. Cambiaron la forma, e incluso el fondo, y una campaña brutal con imàgenes y emociones hicieron unos anuncios sentimentales, familiares y amistosos. ?Por qué? Por una sencilla razòn: la gente se acostumbra a todo, y después de varios meses o quizà dos años esas imàgenes duras ya no dolìan como antes. Lo que antes no podìas ver ni de lejos ahora te lo comìas durante el almuerzo como quien ve un concurso.

Me pregunto si no pasa lo mismo con todo lo demàs: las noticias sobre guerras, las denuncias de maltratos, la violencia doméstica, las violaciones, accidentes laborales... ?nos hemos acostumbrado? O, incluso màs: ?no se sentiràn violadores, pederastas, asesinos y demàs justficados de algùn modo ante "sus semejantes"? ?No servirà para que muchos, o algunos, tengan ganas de salir a cualquier precio en el telediario? ?No serà una justificaciòn de una conducta maldita porque "hay otros muchos como yo, y cada vez muchos màs? Creo de verdad que la informaciòn, la sobreinformaciòn, la saturaciòn de la informaciòn se està volviendo contra nosotros.

lunedì 26 maggio 2008

?Nadie ha pensado que lo que comemos està (des)inflado?

Lo que comemos està hinchado. Ha llegado un momento en que hay tanta gente en el mundo (o digamos mejor, en Europa, que el mundo es muy grande y no sabemos de verdad lo que pasa un poco màs allà), son tan pocos los que se dedican a producir -alimentos, me refiero- y son tantos los desperdicios que generamos (quizà no nosotros -podemos pensar- pero basta pasearse un lunes por la mañana por cualquier supermercado para ver la cantidad de alimentos que tiran a la basura), que los àrboles que dan fruta, los cerdos que dan carne y los peces de piscifactorìa tienen que ser màs gordos. Asì que los hinchan a comer: hormonas, engordantes, fertilizantes. Vamos, que la manzana que te comiste hace un rato, o el filete, o el huevo o el café con leche tiene de natural lo que el risitas de esmalte (de diente, me refiero).

Pero lo que quizà no nos paramos a pensar mucho es que, a pesar de lo inflado que està lo que nos comemos, lo que pagamos està... al revés, desinflado. ?Que por qué? Por las subveciones. ?Nadie se ha parado a pensar para qué sirven los miles de millones -claro, es que los que no trabajamos en el campo no los vemos- que vemos en el telediario que se dan a productores, agricultures, ganaderos y jornaleros? ?Los fondos europeos para el aceite, los incentivos al girasol, los proyectos convergentes para la fresa, el PER o lo que haya ahora, en fin, todos los dineros que el "estado del bienestar" da a los que nos dan lo que comemos? ?Y para qué? Pues para redondear su sueldo. ?Y por qué? Porque si el mercado fuera libre, una de dos: o los precios subirìan, o los productores de alimentos ganarìan tan poco que desaparecerìan.
Vamos, que el mercado del alimento està desinflado artificialmente.

?Y esto pasa aquì, en Europa? ?O también en América, y en Asia, y en Africa y tal y eso? Pues, señores, pasa en todo el mundo. Solo que algunos paìses (los que no estàn aùn civilizados) gastan los millones en guerras y en ministros y otros (los civilizados) los gastamos en subvenciones y en ministros. Porque es màs barato producir naranjas en Costa Rica y traerlos para acà en barcos y dejarlos madurar en neveras que producirlos en Dos Hermanas. Y como polìticamente, y socialmente, y de todo mente no conviene -!para nada!- que jornaleros, productores y demàs se queden sin el jornal, pues venga subvenciones. Que conste que estoy de acuerdo, que prefiero una manzana española que una ecuatoriana, y no por estùpido nacionalismo sino porque si la huerta està cerquita la manzana serà màs fresca.
Lo que reivindico es que nos demos cuenta de lo que supone el simple gesto de pedir manzanas -o peras, o pollo, o lubina o lo que queramos- en la tienda de la esquina. O alargar la mano para pesar la bolsa, perdonadme, que los tiempos van tan ràpido que ni me doy cuenta. Que detràs del rojor resplandeciente de la montaña de tomate para gazpacho de que mamà nos dice que cojamos 2 kilos, se esconde una espiral profunda de dineros, intereses, fertilizantes y anabolizantes, subvenciones y huelgas del campo, sindicatos, medicamentos, ingenierìa y agricultura intensiva y una nueva y prometedora investigaciòn genética, que hace que lo de comer ya no sea como antes.
Y a mì qué ?no? Pues nada, es lo que hay.

giovedì 22 maggio 2008

Dokusho Villalba, Utrera, España

Sòlo un vìdeo que adoro. En realidad lo pongo aquì para no perderlo, para verlo cuando tenga ganas, y ya van 4 o 5 veces que lo he visto. Pero si alguien tiene ganas, son 16 minutos pero merecen la pena, os aseguro que es incluso sorprendente.





Por cierto, que tiene un blog: http://dokushovillalba.blogspot.com/