venerdì 14 dicembre 2012

Carta (por n-vez) a Alberto Garzón

Estimado Sr. Garzón,

allá por el mes de septiembre le escribí una carta a esta su dirección de correo electrónico. Al no contestarme, le volví a escribir, y al cabo del tiempo volví a hacerlo. Le insistí colgando la misma carta en un blog que tengo personal, y llamando su atención a través de twitter. Entiendo que está usted muy ocupado, le sigo en distintos medios y es evidente su enorme trabajo, pero ¿no le parece que podría dedicar, no digo unos minutos, sino, al menos, unos segundos, a acusar recibo de la misiva? Además, las preguntas que le hago creo que usted, con su amplio conocimiento tanto de la política como de la economía, podría responderlas utilizando un tiempo realmente breve.

Sobre todo porque hablan ustedes mucho de la participación ciudadana, pero ¿para qué sirve, si una sencilla carta dirigida a su correo del congreso no recibe contestación en alrededor de tres meses?

Le envío un saludo y le dejo con un enlace en el que podrá leer dicha misiva: http://jardinigansio.blogspot.com.es/2012/09/carta-alberto-garzon-economista-y.html

giovedì 8 novembre 2012

Iberia

- En 2004 nace Vueling, la primera compañía Low Cost española.

- En 2006, Iberia crea Clickair, su propia compañía Low Cost.

- En 2009 Clickair y Vueling se unen, quedando ambas operadoras con el nombre de la segunda. Iberia es su máxima accionista con un 45% del capital.

- En enero de 2011 Iberia se fusiona con British Airways, dando como resultado una nueva compañía, International Airlines Group. Sin embargo, ambos operadores se mantienen separados.

- En 2011 Iberia crea (otra vez) su propia compañía Low Cost, que en este caso se denomina Iberia Express. Recordemos que Iberia es la propietaria de casi la mitad de Vueling, la que será su principal competidora.

- En los 6 primeros meses de ese mismo año, Iberia anuncia unos beneficios de 98 millones de euros. 

- Iberia anuncia que en el primer semestre de 2012 ha perdido 263 millones de euros. La compañía fusionada IAG ha perdido 231 millones, al haber obtenido British ligeras ganancias.

- Este hecho obligará a Iberia a un duro plan de reestruccturación, que incluye, por supuesto, despidos.

- Iberia y British, bajo el paraguas de IAG, lanza una OPA (una oferta para adquirirla en su totalidad) a Vueling por el que se pretenden gastar más de 100 millones de euros. Teniendo ya su propia operadora Low Cost y habiendo obtenido 231 millones de pérdidas.

¿¿¿Alguien me lo explica???


sabato 6 ottobre 2012

El nacionalismo y crear un estado

Que conste que, a mí, el sentimiento nacionalista me parece estupendo. Tengo amigos independentistas de distintas partes y les quiero y les respeto. Para mí, es como estar enamorado. El objeto de tu amor puede ser una muchacha fea, horrible y mala persona, o una preciosa y simpática que te haga el ser más feliz de la tierra. Da igual: si te enamoras, lo estás, y poco importa cómo sea.  El amor, por un hombre, o una mujer, o por un objeto o tu patria, es ciego, incondicional, es algo contra lo que ni se puede ni se debe luchar.

Pero otra cosa es el interés. Ser nacionalista porque me conviene es una cosa muy seria. Es algo frío, calculado; es egoísta y rastrero. Imponer razones culturales o históricas para justificar un interés económico es algo muy, muy distinto al puro amor a una tierra.

Dice Mas, y los que le apoyan, que quiere una relación bilateral con España. Que Catalunya hable de tú a tú con el estado español. A mí, en principio, me parece bien. Pero de tú a tú es de tú a tú, no es "de tú a tú para lo que me conviene y para el resto hago lo que me venga en gana". No. De tú a tú es de tú a tú.

Dos estados que se hablan así tienen que negociarlo todo. Es, en definitiva, lo que ocurre cuando un estado empieza de 0. De tú a tú significa que ambos se piensen qué productos pasan la aduana. Igual a uno de los dos no le conviene que el vino del otro la pase, por lo que le ponga unos aranceles terribles. O que las empresas del sector de comunicación de un territorio no puedan ofrecer sus servicios en el otro. O, igual, que las personas con un carnet de identidad concreto necesiten un visado especial, una cuenta bancaria repleta y una razón muy poderosa para poder traspasar la frontera.

De tú a tú significa negociarlo todo. Si un nuevo estado quiere entrar en la UE, pues tendrá que ponerse a la cola. Ahora creo que están Bosnia, Turquía, Macedonia, Albania y otros cuantos. ¿Será ese nuevo estado seguro? ¿Tendrá una economía solvente? ¿Respetará los derechos humanos? ¿Qué exigencias tendrá que cumplir, qué productos dejará de vender, qué recortes tendrá que hacer, cuánto dinero tendrá que dar para desarrollar las regiones más pobres?

¿Y para entrar en la OTAN? ¿Tendrá un ejército propio, entrenado, bien equipado, dispuesto a dejarse la piel de sus soldados para defender a otros estados en caso de una eventual guerra?

¿Y el deporte? Gibraltar acaba de ser admitido como miembro provisional de la FIFA, algo por lo que llevan peleándose años. Pues digo yo que empezarán desde 0, crearán su liga, tendrán un campeón que vaya a champions, a la previa, por descontado, y, si hay suerte, igual disputará la clasificación para el mundial de aquí unos años.

¿De verdad todo eso interesa a Catalunya? No dudo de su capacidad, de su empuje, del inmenso potencial que tiene. Pero crear un estado lleva años, décadas, incluso siglos. ¿Es eso lo que quieren? ¿O pretenden empezar, de golpe, con todos los privilegios que tienen y que les ha dado pertenecer a España? Igual es que quieren estar solos sólamente para lo que les conviene, y para el resto estar entre todos. Si es así, no es nacionalismo: se le llama cara dura.







lunedì 24 settembre 2012

Carta a Alberto Garzón, economista y diputado por IU

Estimado Sr. Garzón,

Recientemente he tenido la oportunidad de leer este artículo que publicó usted en la página web de Attac. En él hace uso de las cifras del Banco de España para construir un gráfico en el que se demuestra de manera incuestionable que la deuda española se debe en su mayor parte a la actividad de endeudamiento que han tenido las empresas privadas. Como muy bien dice usted mismo, “ese endeudamiento no ha sido responsabilidad de los agentes públicos, como el populismo de derechas pretende hacernos creer, sino que han sido los agentes privados los que han vivido “por encima de sus ingresos regulares”. Como se puede comprobar en el gráfico, son especialmente las sociedades no financieras las que aceleran su exposición a las deudas, seguidas por los hogares.”. 

 

Le escribo esta misiva porque tengo un problema. Mi problema, o mi desgracia, es que no soy economista. En su momento me lo planteé como carrera profesional, llegando a figurar en mis preferencias universitarias en el puesto tercero, por detrás de la ingeniería (que, finalmente, cursé) y la física. Por este motivo, carezco de las herramientas y los conocimientos necesarios para juzgar con plenitud los asuntos económicos. Pero, cuando vi este gráfico, me quedé sorprendido.

Literalmente, me quitó el sueño. Tanto es así, que llevo pensando en él todo el fin de semana, con sus días y con sus noches. Me sorprendió por encima de todo una cosa: que, a pesar de las voces que en España piden una reducción del gasto autonómico, el peso de la deuda de las autonomías es prácticamente residual si se compara con las demás.

Esto me sorprendió más todavía porque recientemente tuve la oportunidad de leer que el gasto autonómico representa tres cuartas partes del gasto público total en España. Me parecía una contradicción absurda que la mayor parte del gasto genere una deuda tan pequeña. Le aseguro que, por momentos, no he podido dormir pensando en esta inquietante cuestión.

Sin embargo, ayer por la noche creí ver una pequeña luz que resolvía el dilema: el hecho de que las autonomías no pueden emitir deuda pública. Si estoy en lo cierto, sólo los estados soberanos están capacitados para emitir letras y bonos internacionales, que se venden y se compran en los famosos mercados. Esto me lleva a la conclusión de que lo que ocurre es que las autonomías no se financian ellas solas, sino que lo hacen, en su mayor parte, a través de la financiación estatal. Es decir, que es el estado el que financia los gastos y las deudas de las entidades regionales, y no ellas mismas.

Si esto es verdad, una de las conclusiones de su artículo, donde asegura que “aunque se intentara atajar la deuda pública sería irracional hacerlo atacando a las CCAA y promoviendo la fusión de ayuntamientos pequeños”, es falsa. Es evidente que sería irracional pedirles reducir su deuda para que se reduzca significativamente la deuda global del país, puesto que, lo que es deuda, prácticamente no tienen. Pero lo que sí se les puede pedir es que reduzcan su gasto, y esta reducción provocaría una bajada de la deuda de la administración central, que es quien la financia.

Hasta aquí llegué ayer por la noche. Con este pensamiento en la cabeza conseguí quedarme dormido, pero mi mente seguía agitada. Tanto, que a las 7:23 a.m. me desperté sobresaltado.

Dice usted en su artículo que “el problema económico español está en el endeudamiento privado y no en el público”. Su gráfico, con datos del Banco de España, lo corrobora: la deuda de las sociedades privadas no financieras es significativamente más alta que las demás curvas. Los datos son irrefutables, y contra ellos no puedo decir nada. Pero sí contra su interpretación.

El domingo pasado pude conocer que alrededor de la mitad de esa deuda privada no financiera la poseen las empresas del IBEX35 que no son bancos. Es decir, las veintipico empresas privadas más importantes de nuestro país.

Mi sobresalto de alcoba se produjo cuando me di cuenta de que esas empresas no sólo invierten en España, sino también fuera de sus fronteras. Esto significa que Telefónica, Repsol o Inditex tienen su negocio fuertemente internacionalizado. Es más, en algunos casos poseen más intereses económicos fuera que dentro de España.

Desconozco cuál es la estructura de la deuda de estas empresas, pero puedo imaginar que una gran parte de la misma la asume la matriz, lo que viene siendo la empresa central con sede en España, con la que, probablemente, estarán financiando sus negocios internacionales. Si esto es así, comparar esa deuda con el PIB español es, cuando menos, y como se dice en el ajedrez, una imprecisión. Es como comparar el tamaño del pene de un asno con el receptáculo femenino de un gorrino hembra, únicamente porque ambos vivan en la misma granja. Evidentemente, el primero no cabe en el segundo, a pesar de que compartan unas mismas fronteras. Lo suyo sería compararlo con los de las burras de las granjas de los alrededores, que son los lugares en los que el citado miembro tendrá que ser encajado. Perdóneme la comparación soez pero creo que da una idea bastante significativa de lo que quiero expresar.

Si estoy en lo cierto en ambas cuestiones (la de la deuda soberana y las autonomías y la de la deuda privada comparada con el PIB), las conclusiones de su artículo son erróneas. Esto me lleva a tres ideas, que me permito exponer a continuación con toda la franqueza de la que soy capaz:

(1) Que ustedes los economistas, en muchos casos, no tienen ni pajolera idea de lo que hablan. Ustedes usan el razonamiento matemático para demostrar sus tesis, y, cuando las hacen públicas, lo hacen, como quien dice, sentando cátedra, diciendo que las cosas son exactamente como ustedes las plantean. Sin embargo, la economía no es una ciencia exacta. La física sí lo es, y la ingeniería, su heredera, cuando llega a una conclusión es universal e irrefutable. Los puentes no se caen porque las estructuras que se calculan son precisas, lo que quiere decir que dos ingenieros distintos haciendo los mismos cálculos llegan a una conclusión similar. Sin embargo, ustedes los economistas rara vez se ponen de acuerdo. Usando los mismos datos y las mismas herramientas sólo coinciden, casualmente, cuando el color político con el que se tiñen es parecido. La prueba de ello es que ustedes, como colectivo, no consiguen dar una solución única, es decir, universal e irrefutable, a los problemas que nos afligen, en especial al de la crisis actual.

(2) Que ustedes los políticos son capaces de, no voy a decir manipular, pero sí utilizar los datos en función de lo que quieran decir. En su caso, usa usted una fuente tan fiable como el Banco de España para concluir que el problema de la deuda está en las empresas privadas, y el de la deuda pública en el estado central, y no en las autonomías. Si yo estoy, totalmente o en parte, en lo cierto, usted no tiene (parcial o totalmente) razón, y esto me hace intuir que sus razonamientos se ven en gran medida influenciados por el alineamiento neomarxista y postkeynesiano que usted mismo afirma profesar. Es decir, que usted, como político, no es imparcial. Usted, como toda persona humana, ve la realidad a través su particular prisma. Esto, sinceramente, no me preocupa, pero sí el hecho de que use erróneamente unas cifras para convencernos de su visión de la realidad.

(3) Que yo adolezco de dos defectos: (a) mi desconocimiento en materia económica y (b) mi creciente desconfianza en las personas que, como usted, poseen responsabilidades políticas.

De estas tres conclusiones le aseguro con sinceridad que es la tercera la que me parece más razonable. Le aseguro que no estoy siendo cínico en esto, y es por ello por lo que le escribo esta carta. Le estaría muy agradecido si usted se tomara tiempo para responderla, argumentando los errores que en la misma haya podido cometer. Le aseguro que tanto el contenido de estas líneas como las que usted me responda las voy a hacer públicas entre mis círculos de amistad sin cortar ni modificar una coma. Deseo con total franqueza que sus múltiples ocupaciones le permitan dedicar unos minutos a ello.

Le saludo con cordial afecto y le deseo una buena mañana. Entre otras cosas, porque de lo que usted haga depende mi futuro como persona y como trabajador autónomo que soy.

Muchas gracias,
Ignacio Moreno Flores.