giovedì 1 ottobre 2009

Prejuicios

Me parece a mí que, por mucho que lo neguemos, por mucho que no queramos y por mucho que lo intentemos, todos abusamos del

prejuicio.

1. m. Acción y efecto de prejuzgar.

2. m. Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.


que es sustantuvo de

prejuzgar.

(Del lat. praeiudicāre).

1. tr. Juzgar de las cosas antes del tiempo oportuno, o sin tener de ellas cabal conocimiento.


Así lo define la RAE, y de juzgar las cosas antes de tiempo, o sin saber de ellas cabal conocimiento, no nos salvamos ninguno.

Porque quizá, y en realidad, todos somos superficiales, y eso de opinar con cabal conocimiento no es muy de personas. Se podría decir que seguimos siendo animales, que nuestra capacidad de profundizar, de tener ideas incisivas, de analizar en detalle y de informarnos apropiadamente antes de dar una opinión la aprovechamos muy pocas veces, que sí, que poseemos esa capacidad, un cerebro descomunal, un analizador impresionante capaz de procesar una cantidad ingene de información y de llegar a las conclusiones más diabólicas o divinas, pero pocas veces o nunca la usamos.

Ocurreo además que el acceso universal y expansivo a la información, a internet, a los "mass media", al periodismo global (e incluso local), a los noticiarios, a las enciclopedias, a los cedés y a los deuvedés, a la información digital, a la televisada, radiada o impresa, a todas estas cosas, en vez de servir para destrozar tópicos y ofrecer nuevos puntos de vista para el análisis, al revés, han hecho que el prejuzgar se extienda y sea más fácil, que el prejuicio sea la verdad y que la verdad de verdad interese cada vez menos, porque tenemos tanta información, tenemos tantos datos para analizar, miramos a tantos lugares a la vez que no profundizamos en nada, no buscamos, nos apropiamos y hacemos nuestras de las opiniones de sesudos tertulianos, imponentes analistas e intelectuales con cátedra y premio, creemos que lo que nos cuentan es la verdad, y sí, todo es verdad, no digo que se inventen nada (aunque a veces quizá lo hagan), pero es una verdad tan plana, tan sencilla, tan banal, tan de titular y ahí me quedo, tan sesgada, tan pobremente analizada, tan parcial e incluso tan subjetiva según quién la cuente, que al final, de verdad, terminamos por no saber lo que ocurre de verdad, y lo peor es que creemos que la sabemos mejor que nadie en el mundo y en la historia.

Todo esto lo escribo porque me viene a la cabeza tras lo que me ocurrió en Turquía, o mejor aún, antes de irme. Irse a Turquía es verse envuelto en la maraña de prejuicios y topicazos: que si son moros, que si son pobres, que si el terrorismo, que si cuidado, que si el respeto, que si los burka: "que ayer leí en el periódico que a una mujer le metieron droga en la maleta", "que en la noticia salió un hombre que estuvo en la cárcel por comprar una piedra en una tienda", "que en una película se cuenta lo mal que lo pasa un tipo en una prisión turca", "que a una chica la arrestaron por participar en una manifestación", "que las mujeres no pueden ni salir a la calle", "que todos los moros son unos guarros", "que todos los musulmanes son terroristas".

Ignorantes, estúpidos, superficiales. Eso y más es lo que somos por creernos todo lo que nos cuentan, que en las noticias sólo sale lo malo, porque lo malo es lo que vende y lo que acaba por ser noticia, porque lo bueno pocas veces es noticia. ¿Nunca os habéis fijado que los titulares de los periódicos "serios" son siempre negativos, y, curiosamente, en los deportivos sólo vemos sonrisas y felicidades? ¿Ha ocurrido que la información no es ya más que un producto de venta, un objeto de compra, una rama más del consumo diario de leche, huevos, móviles y grandes hermanos? ¿Que ya las noticias no son más que otro producto de consumo, y que la información de verdad ya no existe?

Turquía es el país más tranquilo, seguro, hospitalario y acogedor en el que he estado en mi vida. Que no dudo que haya peligro, que me pasé todo el tiempo agarrando la maleta por si me la robaban, que cuando me decían un precio me lo pensaba 3 veces porque siempre me quedaba la duda de si me estaban engañando, que tuve un cuidado extremo en todo momento... pero los prejuicios iban cayeron, poco a poco, sorprendentes, uno a uno, y al final ya no quedaron ni uno.

Turquía no es un país "árabe", puesto que árabes son los que vienen de Arabia y los que hablan árabe, y Turquía no está en Arabia y el turco es una lengua de origen y raíz centroasiática, como el mongol, de donde viene el pueblo turco. Y que además se escribe con caracteres latinos.

Turquía no es un país musulman, aunque lo sean el 99% de sus habitantes. El laicismo es oficial e impera en todas las manifestaciones públicas, desde la prohibición de llevar el velo en la universidad o en el parlamento hasta la igualdad estricta y legal entre hombres y mujeres.

Turquía no es un país radical, plagado de terroristas y malechores, sino un país acogedor, de gente honesta y hospitalaria, mucho más honesta, acogedora y hospitalaria que cualquiera de los países que haya visitado o vivido, incluyendo nuestra querida y sobrevalorada España, y eso lo puede corroborar cualquiera que haya estado más de media hora en tierra turca.

Turquía es un país rico, no tan rico como España pero donde la pobreza no salta a la vista, donde la gente tiene trabajo, la industria es floreciente y el hambre y la marginación no se ven como me decían. Cierto es que no lo conozco todo, que habrán sitios y sitios, que seguro que hay pobreza, que el nivel adquisitivo de la rica Europa no lo he visto allí, pero casa, comida, coche, panel solar y parabólica, quien más y quien menos, pero todos tienen. Aún más, Turquía es un país caro.

Turquía es un país seguro, donde las leyes no son extrañas, ni intransigentes, ni radicales, ni musulmanas, sino laicas y occidentales (esto último no digo que tenga que ser bueno a priori). Que estoy seguro que quien se mete en problemas es porque quiere, o porque lo sabe y se arriesga. Que de meterme droga en la maleta (pero ¿alguien se cree de verdad que quien lleva droga no lo sabe?), de venderme cosas ilegales, de manifestaciones peligrosas, vamos, que nada de nada, que a quien le ocurrió fue porque lo buscó.

Finalmente, Turquía es un país limpio, de ciudades limpias, de comercios limpios, de cocinas limpias y de limpieza suprema, más que en España, más que Italia y más que en la mayoría de bares y restaurantes en que jamás haya estado.

Y, además, Turquía es precioso.

No dudo de las noticias, dudo de nuestros juicios. De eso y de la profundidad del informador: me gustaría saber qué hay realmente detrás de lo que nos cuentan. Estoy seguro que al que metieron en la cárcel por comprar una piedra sabía que aquello era ilegal, que era un trozo histórico, o valioso, o lo que sea. "Que en Europa no te meten en la cárcel por eso". Bueno, primero infórmate, y luego juzga. Primero visita, primero busca, primero sé crítico y no te creas lo que te dicen, porque cada vez estoy más convencido eso que decía U2 en su gira zooropa: "everything you know is wrong". Que por cierto es curioso: Bono quiere salvar el mundo... y su gira es la más cara y contaminante de la historia de la música.



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