venerdì 9 dicembre 2011

Por qué Islandia no es un ejemplo

Sé que es muy bonito el ejemplo que ha dado Islandia. Un país asfixiado por la deuda, rozando la bancarrota, parece haberse reflotado gracias a una especie de revolución popular que lo ha cambiado por completo. Los bancos, al contrario que en España, mejor dicho, que en toda Europa, incluso más, que en todo Occidente, se han dejado quebrar tranquilamente. Los políticos y los banqueros que han causado ese desastre han acabado en la cárcel. El pueblo se ha manifestado y ha cortado todos los intentos de aplicar medidas neoliberales. Y, en estos momentos, ese pueblo, el pueblo mismo, está escribiendo una constitución nueva que recoja todo lo que han aprendido de la crisis que están sufriendo.

Sin embargo, permitidme que me explique: Islandia no puede ser un ejemplo. Al menos, para los españoles, para los griegos, para italianos, portugueses, irlandeses... en fin, para la Unión Europea. La cuestión es que no podemos quedarnos sólo con lo que nos parece bonito. La moneda siempre tiene al menos dos caras, normalmente muchas más. Sí, la revolución del pueblo, pero ¿y si vemos las cosas con más detalle?

Para empezar, Islandia tiene una moneda propia. Este detalle es muy importante, porque han podido devaluarla. Primer antiejemplo: España no tiene una moneda propia, tiene otra, que es el euro, y que no puede devaluar. Por lo tanto el ejemplo de Islandia no nos sirve como solución a nuestra crisis.

Pero es peor, porque la corona ha perdido nada menos que un 50% de su valor respecto al euro. Esto es muy malo. Es tremendamente malo. Es como decir que los islandeses tienen que pagar el doble cualquier cosa que venga de fuera, y como ellos no tienen nada, puesto que tienen muy pocos recursos (naturales, se entiende) casi cualquier producto, incluso de necesidad básica, que no produzcan ellos mismos, les cuesta ahora mucho más. Es la medida más antisocial que se pueda deplegar, porque afecta a todas las personas, pero, sobre todo, a las menos pudientes. Claro que Islandia ha sido siempre una sociedad muy pudiente, de forma que, me imagino, esta medida les afecta menos. Segundo antiejemplo: Si en España tuviéramos que pagar el doble por cualquier tipo de producto de fuera, incluida la energía, las medicinas, la tecnolocía... a ver cómo salíamos de ésta. En Islandia, al menos, la energía les sale barata, porque de eso sí tienen mucho.

Más cosas. Se dice que Islandia dejó que sus bancos quebraran. Esto no es cierto: la verdad es que no podían rescatarlos porque la crisis era tan gorda, y el gobierno tan pequeño, que, sencillamente, no podían, no tenían dinero para ayudarles. Los bancos cayeron porque no les quedaba otra. Si el gobierno hubiera podido, querría ver yo cómo se habrían comportado. Tercer antiejemplo: los bancos españoles están, en general, muy bien, comparados con los islandeses, e, incluso, con los de otros países. En España sí había dinero para ayudar a los bancos. Por eso se les ayudó. En otros países, como EEUU, también algunos bancos cayeron. El ejemplo a todos nos suena: Lehman Brothers.

Pero no es sólo eso. Se dice que la crisis de Islandia les ha hecho retroceder 10 años en cuestiones de calidad de vida y de expectativas económicas. Esto, en ese país, donde la renta per cápita era (y es) tremenda, donde los niveles de vida no se pueden comparar a los nuestros, puede ser un tropiezo importante. Pero si nos comparamos a ellos, perder 10 años en España es como volver al principio de los 90 (me salto los dorados 2000 porque ahí no paramos de crecer; volver al 2002 sería mucho mejor de lo que estamos ahora), donde la ilusión en la vida del españolito medio era tener un pisito, librarse por fin del dos caballos, comprarse un móvil-ladrillo y, con suerte, irse con Curro al caribe. Cuarto antiejemplo: no creo que la sociedad española estaría dispuesta a volver a aquello. Si nos dieran a elegir, seguro que la mayoría preferiría que rescataran los bancos. Que, nos guste o no, con lo que nos dan y lo que nos quitan, al final son los que sostienen toda nuestra calidad de vida.

¿Qué significa la crisis de Islandia en términos de desempleo? 10%. En España, el desempleo medio en los buenos tiempos rozaba precisamente esta cifra. En Islandia, pocas veces han visto una desocupación más grande del 2,5%, y sólo en algunas zonas. Tomando estos datos como ejemplos (es sólo por hacer unos cálculos, malos, aproximativos, pero, creo, muy indicativos), esto quiere decir que, más o menos, el paro en Islandia ha aumentado cuatro veces por culpa de la dichosa crisis. Quinto antiejemplo: si tomamos estas cifras, en España tendríamos un paro del 40%. Casi la mitad de la población activa. Esto sería absolutamente inasumible. España se iría del euro, de la Unión Europea y, probablemente, del mapa.

Y llegamos a lo más importante: la revolución del pueblo. El gran ejemplo que se pone como solución a la crisis. En Islandia la gente estalló, bloqueó, primero en la calle, luego con sus referendums, las decisiones más neoliberales que proponía el gobierno. Los jueces metieron en la cárcel a políticos y banqueros. Y en estos momentos se forma una asamblea popular que escribirá una constitución salida de la base social, no de la clase política. Sexto antiejemplo: ¿alguien se imagina a los jueces, y más aún, a los fiscales, llevando a juicio y a la cárcel a los políticos que les han puesto en ese sitio? Creo que nadie, ¿verdad? Por no hablar que, me parece, en España el delito de "Omisión del deber" que se practicó en Islandia, no sé yo si está penado. Vamos, no lo sé, pero me parece que no. Pero, más todavía: Islandia son 300.000 personas. 300.001, con Björk. Un pueblo muy, muy formado, con altas cotas de participación ciudadana, con responsabilidad, civismo. Y, además, son muy pocos. Último antiejemplo: ¿Alguien se imagina, en España, a la ciudadanía saliendo en masa, y no me refiero a cientos de miles, ni a un par de millones, sino a sólo, por decir algo, un tercio de la gente saliendo a la calle, debatiendo en serio, redactando una constitución? ¡Si hasta en los bares del pueblo no se pone de acuerdo nadie! Pero es que, de verdad, es que son muy pocos. Es que son realmente muy pocos. ¡Y son cívicos! Así es más fácil.

En resumen: que está muy bien lo de Islandia. De verdad, es muy loable. Ojalá aquí hiciéramos lo mismo. Pero no, no es comparable. Para nada. ¡Ojalá!

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